lunes, 31 de agosto de 2009

Viajes con gaviotas

La gaviotas son unos seres especiales que siempre me han producido sentimientos contradictorios y ambivalentes que discurren entre la atracción y la repulsión, la fascinación y el miedo. Me aterra su agresividad, sus picos afilados y el brillo malvado que a veces destella en sus pupilas aunque creo que de esto tiene bastante culpa la película Los pájaros de Hitchcock.


En cambio, me atraen su belleza y su descaro, su temeridad al plantarse en los entornos urbanos a buscar comida sin pudor alguno. Son consideradas aves bastante inteligentes, lo cual no hace sino acentuar la inquietud que me producen. Podría odiarlas. Sin embargo, las amo. Creo que son la clase de animal que puede sobrevivir perfectamente al ser humano, al cambio climático, la bomba atómica y lo que sea.

Por eso he rescatado fotografías de un viaje a Galicia y les he dedicado un poema. Se lo merecen. Por bellas, por fieras, por malas, por atrevidas…



Las gaviotas tienen hambre

las gaviotas vuelan libres sobre las olas y gritan
y descienden en picado sin piedad sobre su presa
pero sus ojos observan de reojo las playas
se deslumbran un instante y su presa se aleja
y las gaviotas vuelan dentro buscando su comida
y cruzan las carreteras las calles las aceras
y llegan a tu casa buscando tu comida
y tu gritas y sus ojos observan de reojo tu cama
se deslumbran un instante y su presa se aleja
tu quisieras ser ellas y volar libre y alto
ellas quisieran ser tú y dormir en tu cama
las gaviotas tienen hambre tú lo sabes
las gaviotas tienen hambre de amor

Anna Blasco Olivares

viernes, 28 de agosto de 2009

Viajes a la memoria: El barrio chino de Barcelona

En mi infancia, mis madres pronunciaban siempre la expresión “barrio chino” entre susurros. Eran susurros entrecortados que sonaban a objeción, a prohibición, a depravación y a miedo. En realidad, no es que tuviera dos madres, una era la de verdad y la otra su hermana pero como vivíamos dos familias juntas en un pequeño piso realquilado, sin apenas ventanas ni cuarto de baño, yo tendía a confundir los lazos de parentesco. Eran daños colaterales de la pobreza y las oleadas migratorias de los años cincuenta.

Para mis amigas, vecinas cuyas madres también susurraban, la expresión barrio chino sonaba por contra, a misterio, a desafío y a aventura. Luego supimos que el Barrio Chino estaba muy cerca de nuestra casa de la calle San Gil, sólo unas cuantas calles nos separaban. Hubo un momento en que las madres consideraron oportuno ponernos reglas: no pasar bajo ningún concepto de la calle Hospital.

La calle Hospital era una frontera muy precisa. Más allá había hombres malos que raptaba a las niñas y les hacían cosas muy feas. También había muchas putas, delincuentes de todo tipo y antros infectos. Como mucho, se iba a la sesión doble del Cine Padró –que estaba en linde- cuando era inevitable. El único cine decente del barrio era el Céntrico en la calle Pintor Fortuny. Y sólo una vez en mi vida las madres susurrantes nos llevaron, por causas de fuerza mayor, a un cine llamado América que estaba más allá de la calle Hospital. Mis vecinas y yo abríamos los ojos como platos intentando ver cómo eran los hombres malos, las putas, los delincuentes y los bares infectos pero las madres tiraban con fuerza y nuestra curiosidad no consiguió saciarse.

Ni mis vecinas ni yo éramos gazmoñas. Al contrario, más bien éramos insconscientes y temerarias. Así que, en comandita, empezamos a traspasar furtivamente la frontera de la calle Hospital y llegamos, en sucesivas oleadas, hasta la calle Sant Pau y la calle Unión. Un día sin darnos cuenta nos plantamos en las Atarazanas delante del mar. Fue como un milagro. Nos sentimos libres, valientes y triunfadoras. Por suerte para ellas, las madres jamás llegaron a enterarse. Con el tiempo, nos enteramos que el barrio chino se extendía también al otro lado de las Ramblas por los alrededores de la plaza Real. Pero, las madres –que habían ahorrado a destajo- empezaron a comprar casitas nuevas y a cumplir su sueño americano. Así que el juego terminó y la parte més mítica de mi infáncia quedó atrás.

Cuando transformé Algunos ritmos pasan pronto de moda en videopoema, estuve buscando viejas imágenes del Barrio Chino y me vinieron todos estos recuerdos a la mente. Todos los cines cayeron hace tiempo. El Padró, en la calle de la Cera, fue el que mejor suerte tuvo porque durante unos años instalaron allí la Filmoteca Nacional. En cualquier caso, en el barrio chino actual ya no se ven prostitutas en todas las esquinas. Ahora lo llaman El Raval y el Ayuntamiento ha esponjado la alta densidad de edificios medio en ruinas pero la zona sigue teniendo el aire cochambroso de mi infancia. Lo habitan mayoritariamente inmigrantes paquistanís, subsaharianos y sudamericanos. Son daños colaterales de la pobreza y las oleadas migratorias de los años noventa. No sé qué diría mi madre ahora teniendo en cuenta que, probablemente, hubiera sido una de ellos.

Unos de mis detectives preferidos, Pepe Carvalho, deambuló por estas calles de la mano del querido Vázquez Montalbán. Me gustaría dedicarles este poema, pero creo que sería demasiado pretencioso. De todos modos, un consejo: para captar el espíritu de este barrio nos os perdáis las primeras novelas de la serie Carvalho. También os dejo esta buena reseña del escritor y su relación con Barcelona.
http://literaturaiesbi.wordpress.com/2009/03/18/manuel-vazquez-montalban/

Y aquí os dejo el videopoema y el poema...




Algunos ritmos pasan pronto de moda
by bi bok
era un ritmo de moda
todos cantaban
bai bai bi bok
en la esquina de Sant Pau con
Petunias Bar
el antro donde te conocí
hablar no era para ti
sólo silbabas
by bi bok

by bi bok
era tu ritmo de moda
siempre bailabas
bai bai bi bok
te dije ei enséñame
en la esquina de Sant Pau con
Petunias Bar
amar no era tu fuerte
sólo querías
by bi bok

by bi bok
fue mi ritmo de moda
solo entendía
bai bai bi bok
dejé el trabajo de la oficina
te seguí hasta Petunias
para practicar
dimos clase en tu cama
sólo follabas
by bi bok

by bi bok
pasó pronto de moda
nadie recuerda
bai bai last bok
no te vi más en ningún lugar
yo me quedé borracha
por las esquinas de Sant Pau
con Petunias Bar
y sólo ofrezco
by bi bok
a cualquier postor

algunos ritmos pasan pronto
de moda otros no

Anna Blasco

martes, 25 de agosto de 2009

Puesta de sol en Cap d'Artutx (Menorca)

Una siempre espera caturar una puesta de sol en un viaje. Ese instante fugaz y demasiado breve. Sorprendentemente, este verano pude recrearme a gusto. Había leido que el Cap d'Artutx era el mejor lugar de Menorca para ver puestas de sol. No puedo confirmar si es el mejor lugar pero la guia no mintió. Para mi gozo particular pude fotografiar a destajo el evento y para gozo de quien quiera compartirlo, lo he transformado en video. Aquí os lo dejo...



Puesta de sol en cap d'Artutx

atardece en las islas
pupila ardiendo
la niña cierra los ojos

la bola cae
el mar se incendia
nadie ve

lágrimas sofocadas
sobre las olas rojas
acunan llanto seco

atardece en las islas
te vas

Anna Blasco

sábado, 22 de agosto de 2009

Ciudades Inventadas: Metálicas

Ciudades metálicas
Estructuras metálicas
hasta el cielo de antenas
los ojos de lechuza
de párpados en flor
amanecer de cromo
en las ciudades metálicas
amanecer de cromo
atardecer de zinc
garabatos de alambre
de escritura ilegible
semiótica furtiva
de aluminio ligero, plomo y PVC

Yo crecí aprendiendo a leer
las ciudades metálicas
desde los viejos terrados
de baldosines rotos
de recosidas sábanas
que navegaban vientos
y acariciaban nubes
de embrollados misterios
supuestamente caóticos
garabatos alámbricos
de aluminio ligero, plomo, pvc

Yo aprendí a crecer leyendo
en los cielos de antenas
de las ciudades metálicas
desde los viejos terrados
de baldosines rotos
con mi radiocassette y mi silla plegable
garabatos alámbricos
que seguía incansable
hasta quedarme ciega
descifrando el lenguaje
de tuberías rectas
de aluminio ligero, plomo, pvc

Es verdad que aprendí a leer belleza
en los cielos de antenas
de las ciudades metálicas
desde la fealdad de los viejos terrados
de baldosines rotos
que descubrí las claves de los signos arcanos
en las miserias de entresijos alámbricos
que encapsulé la vida
en complejas metáforas
ordenadamente caóticas
torcidamente rectas
de aluminio ligero, plomo, pvc


Aún así,
No os apenéis por mí
si aprendí a leer belleza
en diptongos alámbricos
ni porque haya tristemente crecido
bajo cielos los cielos de plomo
de las ciudades metálicas


También leo hermosura
en prados de amapolas bajo cielos violetas
o en mares de olas calmas en rojo anochecer

Sólo pido
dadle un poco de tiempo
a mis viejas pupilas
a adaptar su retina de lechuza mecánica
a la lectura fácil de esos cielos distintos
de metáforas simples e idiomas primitivos
esos cielos distintos perfectos y fantásticos
que se extienden más allá más allá
de las ciudades metálicas
de aluminio ligero, plomo, pvc

Anna Blasco Olivares

martes, 28 de julio de 2009

Viajes prestados: Maastricht

A veces, tomó prestados los viajes de otros. Una anécdota contada o una imagen mostrada disparan mi imaginación y me llevan a recrear aventuras ajenas. Un ejemplo: Maastricht, lugar desconocido para mi excepto por el hecho de que en 1992 se firmó en esta ciudad el Tratado de Maastricht que se considera un hito en la construcción de la Unión Europea. Por lo demás, sólo me cabe recurrir a las enciclopedias.

Wiquipedia dixit que esta pequeña ciudad está situada al sureste de Holanda entre Bélgica y Alemania, a unos 220 km al sur de Ámsterdam. Es la capital de la provincia de Limburgo y ha conservado una identidad propia. Sus habitantes (y del resto de Limburgo) mantienen rasgos únicos en su lenguaje y cultura que los diferencian del resto de la población de Holanda. Parece que existen grupos minoritarios que reclaman la anexión con las áreas de Limburgo en Alemania y Bélgica. Wiquipedia también observa que en la actualidad es solamente la decimonovena ciudad de Holanda con 125.000 habitantes, aunque, sin embargo, es muy popular como destino turístico. Maastricht atrae a muchos visitantes por su gran casco antiguo y su interesante ubicación en las fronteras con Alemania y Bélgica. La ciudad posee una de las ocho principales universidades de Holanda, un propio instituto de bellas artes y una escuela superior de teatro, y en ella reina un importante ambiente cultural.

Lo del gran ambiente cultural me lleva a lo que iba. EBB me ha regalado fotos de su visita a la espectacular librería Selexyz Dominicanen. Y, por si nunca llego a visitarla, ahí quedan para solaz de cualquier sufrida orografía imaginaria. La librería esta espectacularmente ubicada en una antigua iglesia gótica dominicana del siglo XIII que lleva sin uso eclesiástico desde 1796. He leído el bloc Estudio In Design que en el año 2007, la Biblioteca “Selexyz Dominicanen” recibió el Premio de Arquitectura de Interior Lensvelt. El diseño de la librería, realizado por el estudio de arquitectura Merkx + Girod, respeta al máximo la personalidad original de la iglesia aprovechando, de un modo sorprendente el espacio. Se aprovechan de los altísimos techos para crear una estructura de varios pisos en un ascenso hacia la bóveda de crucería de la nave central. Dispone también al otro lado de la iglesia de mesas bajas para los bestsellers y los últimos estrenos, así como una cafetería para que los lectores se relajen. Una esencia de perfección en el diseño obtenido, en el que se combina arquitectura medieval y moderna. http://estudioindesign.blogspot.com/2009/04/biblioteca-selexyz-dominicanen.html
Y, hablando de best-sellers, el que arrasaba en las fechas de este viaje (junio 2009) era la última novela de Ruiz Zafón.

En cualquier caso, las imágenes hablan solas…

domingo, 28 de junio de 2009

Viajes imaginarios: Estambul

Las fronteras tienen algo de territorio mágico, confuso, inconveniente… por eso me fascinan. Las fronteras pueden ser absolutamente invisibles y no siempre son una raya en un mapa, a veces la raya se ensancha y acoge comunidades enteras de ambos lados o más. Á sí nacen fronteras extendidas, lugares eclécticos y ardientes donde se mezclan pasiones, cohabitan tradiciones, respeto y odio.

¿Dónde está la frontera entre Oriente y Occidente? No tengo ni idea pero Estambul es un buen lugar para recalar. Y allí me he ido con la última novela de Markaris. Magnífico regalo para los que apenas salimos de casa y viajamos poquito. Magnífico regalo para todos y todas los habitantes del mundo.



Una historia entrañable, costumbrista y pictórica, con medidos toques de surrealismo e hiperrealismo a partes iguales. Contada con una prosa delicada y tersa. Brillante. Preciosa. Hacia la mitad el lector olvida por completo que supuestamente estaba leyendo una novela policiaca. Las obras maestras no tienen género, ni fronteras.

domingo, 7 de junio de 2009

Ciudades favotitas: Manhatann

A veces, antes de iniciar un viaje, una se siente dividida entre dos extremos. El frío o el calor, el bullicio o el silencio, el blanco o el negro, la soledad o la multitud, la calma o la algarabía. Y, aunque el viaje sea imaginario, la indecisión puede llegar a paralizarnos, a contentarnos con viajar de una emoción a otra, ida y vuelta, ida y vuelta... hasta el punto de que una vez hemos dado la vuelta al mundo con nuestra mente, nos damos cuenta de que seguimos en el mismo sitio y que, oh alivio, todo sigue igual.

Pero no fue eso lo que ocurrió con Manhattan. Hubo un desgarro, puentes rotos, puertas que se cierran, puertas que se abren. Y una ilusión, que sigue ahí, impertérrita, abrazando los dos extremos. Tal vez es eso lo que me empuja a escribir poemas…


Manhatann

Nunca nos entendimos
Ya se hizo tarde
yo soñaba Manhatann
tú la Amazonia

yo soñaba Manhattan
en blanco y negro
cielos de mugre blanda
a colgajos

tratamos de omitirlo
con whisky i agua
cayó el telón a las once en punto
nos pilló distraídos

se fundió la bombilla
se quemó el cielo
la luz cayó en picado
asfixia en hielo

Nunca nos entendimos
siempre fue tarde
tu soñabas con Kenia
yo con Alaska

soñaba con Alaska
en negro y blanco
cielos de carámbanos
a colgajos

tratamos de evitarlo
con sexo y celos
sonó la alarma a las siete en punto
no pudo despertarnos

quedó el semen reseco
los niños muertos
el café congelado
la sangre hirviendo

sueño Manhatan darling
la función terminó
alguien aplaude en la primera fila
debo ser yo
Anna Blasco Olivares

domingo, 3 de mayo de 2009

Ciudades inventadas: Opulentas

Ciudades opulentas

Como lejía que corroe el esófago
como la sed
como la pena muerta a golpes de martillo
como un cristal
clavado en el centro del pie
como la lluvia ácida
agujereando ojos
como el hambre
o la inocencia abatida en 2 balazos
o un fémur emergiendo
en la rodilla arrancada de cuajo
como una onda térmica de 20 megatones

existe ese dolor

existe ese dolor insoportable
en las ciudades opulentas
justo castigo
por la ausencia de amor
cuando es la única ausencia
y queda poco más de qué quejarse
Anna Blasco Olivares

sábado, 25 de abril de 2009

Viajes imaginarios: Diavik (Ártico. Canadá)

Autopistas de hielo
Dicen que las carreteras de hielo suponen un auténtico desafío desde el punto de vista de la ingeniería y la conducción. Los camioneros que circulan por ella son profesionales que se juegan la vida en cada viaje aunque también se esacapa hacia allá algun que otro temerario turista.

Parece ser que la carretera de hielo mas larga, hasta hoy dia, está situada en el ártico canadiense entre Tibbitt y Contwoy. Tiene un recorrido de unos 568 km. Fue construida hace más 20 años por un consorcio de empresas de minería. Su apertura suele ser a principios de Febrero y el cierre a mediados de Abril. Situada en los remotos Territorios del Noroeste, esta carretera está considerada como una de las rutas más peligrosas del mundo. Se la conoce como Denison's road, en honor a el ingeniero que la diseñó. Se adentra en las regiones árticas hasta alcanzar las gigantescas minas de diamantes del norte. Su peligrosidad radica en el hecho de que el 85% de su recorrido transcurre sobre lagos helados, de modo que la capa de hielo puede romperse en cualquier momento y tragarse a los camiones que circulan por ella.


Y ¿para qué puede querer alguien circular por la Denison's road?. Fácil: Diamantes.

En 1991 se descubrieron en la región del Lac du Gras, kimberlitas con contenido de diamantes, lo cual abrió el camino a exploraciones de enorme magnitud. Situadas a solo 200 km. del Círculo Ártico. Canadá posee en la actualidad dos de las minas de diamantes más grandes del mundo: Diavik y Ekati. Como puede verse en las fotografias, la mina de Diavik queda conectada por tierra en invierno y es una isla en verano.

(Fuente de información e imágenes:
http://uimpi.net/entry/texto/9447/la-autopista-del-artico.html)

Para el recorrido me llevo un videopoema cuya elaboración me hizo descubir este viaje imposible a Diavik.

Autopistas de plata



Autopistas de plata a la memoria
Angostos desfiladeros del olvido
Estrechas carreteras secundarias
Oscuros pasadizos en la piedra

¿adónde? ¿cuando? ¿cómo? ¿qué?

Carreteras de plata ¿adónde?
Angostos pasadizos ¿cuándo?
Autopistas de piedra ¿cómo?
Estrechos desfiladeros ¿de qué?

Rutas deshilachadas de derrotas
Abruptas cuestas a la desolación
Pedregosos senderos de montaña
Rumbos sin horizonte al corazón

¿cuándo? ¿cómo? ¿adónde? ¿a qué?

Cuestas deshilachadas ¿cuándo?
Rumbos sin horizonte ¿adónde?
Abruptos senderos ¿cómo?
Pedregosas rutas ¿a qué?
Anna Blasco Olivares

martes, 21 de abril de 2009

Viajes a la memoria: Coll d'Ares (Girona)

Hay viajes que no son lo que parecen. Una cree que va de vacaciones con su familia en pleno verano cuando la canícula aprieta. Una no puede permitirse grades lujos pero sí huir del calor de la ciudad, así que decide pasar unos días fresquitos en el Pirineo y elige Camprodón como podía haber elegido cualquier otro lugar. Una piensa que será feliz en las altas montañas, descubriendo pueblecitos remotos, maravillosas vistas y el supuesto nacimiento del Ter. Son vacaciones absolutamente convencionales donde Una espera simplemente aliviar el tedio y entretener la mente pero entonces, sin aviso alguno, algo se tuerce.

El Ripollès es territorio de frontera y Una decide alegremente hacer una escapada a Francia por el Coll d’Ares, para visitar el lindo enclave medieval de Prats de Molló. En las fronteras ya sabemos, puede pasar ocurrir cualquier cosa; desde pasar de largo sin enterarse hasta tener algún susto con la Autoridad. En el Coll d’Ares no hay aduana, ni siquiera es una auténtica frontera ya que separa territorios que antaño fueron un mismo país. No es previsible percance alguno pero Una tiene defectos de fábrica y le atrae poderosamente la mística de las fronteras, así que decide parar el coche y bajar a mirar desde el puerto a ambos lados de la misma montaña y entonces, algo se tuerce.

El Coll d’Ares tiene una altitud de 1513 m, un bar restaurante, unos bancos que miran a la Vall de Camprodon, carteles, señales y un monumento. Una se fija que en lado español hay un cartel que anuncia la entrada al Ripollès y en el francés otro que da la bienvenida a la Catalunya Nord.


Una los mira alternativamente y empieza a sentirse acuciada por una vago sentimiento de torpe nostalgia. La Catalunya Nord es histórica y culturalmente catalana, separada del resto de Catalunya por el Tratado de los Pirineos en 1659. A una le vienen a la mente, canciones, cantinelas y poemas que aún rememoran pertinaces un pasado que murió hace más de tres siglos. Y sin embargo, no murió porque ahí está el cartel metálico que ofrece el caluroso recibimiento y susurra: tal vez nuestros estados son distintos y hablan idiomas distintos pero nosotros no.

Una se sobrepone a la ñoñería como puede y entonces la vista se le va hacia una gran pintada en el murete lateral que refuerza la carretera: “Independència, 1714”. Uhh, más recuerdos… El 11 de septiembre de 1714 es el Día nacional de Catalunya, una fiesta que conmemora una derrota, la caída de Barcelona durante la Guerra de Sucesión Española, tras catorce meses de sitio. Y lo peor, la consiguiente abolición de las instituciones catalanas con la promulgación de los Decretos de Nueva Planta. Vaya, más pasado perdido que aprieta en la boca del estómago y ese himno de Els segadors cuya música me viene a la memoria y siempre me puso la piel de gallina.




Y con la piel de gallina en pleno julio, Una se acerca al lado francés a contemplar Prats de Molló al fondo de valle y entonces lo ve, un sencillo poste con una flecha en su extremo que indica: “Camí de la retirada” y ve una vallita, unos escalones de tierra y el inicio de un camino que baja abrupto hacia el valle. Y es entonces, definitivamente, cuando el día se tuerce y el peso de unos recuerdos muchos más próximos estrangulan el esófago. La piel de gallina no se va, el vello de los brazos se eriza y Una tiembla.


El coll d’Ares, fue una de las rutas pirenaicas por donde se retiró el ejercito republicano tras perder la guerra civil. Al lado del sencillo poste hay un gran cartel que rememora el hecho. Tiene en medio una foto impactante de vehículos amontonados que fueron dejados atrás. El aviador Joan Sayós de Sant Quirze de Besora, explica el recorrido que hizo: “El día 5 de febrero de 1939, todo el personal hospitalizado en Villalonga, con los sanitarios, fue trasladado en camiones y ambulancias hasta el mismo coll d’Ares, lugar dónde acababa la carretera de Molló, convertida allí en estrecha pista de montaña. Como venían otros vehículos detrás y hacía falta dejar sitio, a medida que los coches iban quedando vacíos los chóferes los estrellaban en un barranco inmediato”.

Me viene a la cabeza una fotografía que había visto en el periódico hacia tiempo. Por la ruta del coll d’Ares pasó lo que quedaba de la familia de Mariano Gracia, un labrador de Monzón, con él iban sus hijos Alicia y Amadeo, que tenía cuatro años, (en la foto ayudado por un campesino francés). En la fotografía, de Roger Violet, aparecida en L’Ilustration (1939), se les ve haciendo la vía de bajada hacia Prats de Molló. Gracias a la publicación de la imagen en el periódico El País, el 10 de enero de 2003, se pudo identificar y localizar a Amadeo Gracia, que seguía viviendo en Monzón.

Apartó la vista de las tierras francesas y al volverme reparó en un monumento conmemorativo. Una se acerca, esperando librarse del frio que le recorre las entrañas pero no hay salida. La placa central muestra su dedicatoria en francés i catalán: A los republicanos españoles, civiles y militares que franquearon el Coll d’Ares entre enero y febrero de 1939. La retirada: epílogo de un drama humano…








La retirada, metáfora de sueños rotos pero también de empecinamiento y esperanza. Los viajes no siempre son lo que parecen. Afortunadamente, a veces, algo se tuerce.

sábado, 18 de abril de 2009

Viajes alucinantes: Susan Boyle

Dios debe existir
Al menos la duda me ha corroído después de ver el video de esta ama de casa inglesa, torpe y desmañada que ha ganado el "Tú si que vales" inglés y que arrasa en youtube...

Ciudades recreadas: Santiago

He estado dos veces en Santiago y ninguna de las dos ha llovido. Es una frustración que arrastro con más pena que gloria. El consuelo: escuchar el tema de Luar na Lubre, Chove en Santiago, y dejarme llevar.

Antes de saber que la letra de su canción correspondía a una poesia de García Lorca yo la utilizaba para recrear un poema mío escrito en 1998, la lluvia como caía. Una vez salida de mi ignorancia los dos poemas y la música se fundieron en otra cosa: videopoema?

Ahí está, colgado en youtube por si a alguien le apetece verlo-oírlo...


La lluvia como caía
la lluvia cómo caía
sobre los rojos tejados
la lluvia cómo caía

caía sobre la noche
oscura y blanda caía
cómo pétalos de flores
cómo puñales caía
y en mi mente una locura
un pensamiento un recuerdo
la lluvia que salpicaba
mis mejillas con un beso

la noche se deshacía
entre rosarios de espejos

la lluvia como caía
sobre los blancos balcones
la lluvia como caía

caía sobre la sangre
espesa y tierna caía
como alas de mariposa
como aguijones caía
y en mi corazón un peso
una pasión un anhelo
la lluvia que me lavaba
les heridas con un beso

la sangre se desmembraba
entre collares de hielo

la lluvia como caía
sobre los negros portales
la lluvia como caía

caía sobre las nieves
salada y cauta caía
y en mi boca una palabra
un aullido y un silencio
la lluvia que me robaba
las lágrimas con un beso
Anna Blasco Olivares
Chove en Santiago

Chove en Santiago
meu doce amor.
Camelia branca do ar
brila entebrecida ó sol.

Chove en Santiago
na noite escura.
Herbas de prata e de sono
cobren a valeira lúa.

Olla a choiva pol-a rúa,
laio de pedra e cristal.
Olla no vento esvaido
soma e cinza do teu mar.
Soma e cinza do teu mar
Santiago, lonxe do sol.
ágoa da mañán anterga
trema no meu corazón.
(De ‘Seis Poemas Gallegos’ de Federico García Lorca)