domingo, 28 de junio de 2009

Viajes imaginarios: Estambul

Las fronteras tienen algo de territorio mágico, confuso, inconveniente… por eso me fascinan. Las fronteras pueden ser absolutamente invisibles y no siempre son una raya en un mapa, a veces la raya se ensancha y acoge comunidades enteras de ambos lados o más. Á sí nacen fronteras extendidas, lugares eclécticos y ardientes donde se mezclan pasiones, cohabitan tradiciones, respeto y odio.

¿Dónde está la frontera entre Oriente y Occidente? No tengo ni idea pero Estambul es un buen lugar para recalar. Y allí me he ido con la última novela de Markaris. Magnífico regalo para los que apenas salimos de casa y viajamos poquito. Magnífico regalo para todos y todas los habitantes del mundo.



Una historia entrañable, costumbrista y pictórica, con medidos toques de surrealismo e hiperrealismo a partes iguales. Contada con una prosa delicada y tersa. Brillante. Preciosa. Hacia la mitad el lector olvida por completo que supuestamente estaba leyendo una novela policiaca. Las obras maestras no tienen género, ni fronteras.

domingo, 7 de junio de 2009

Ciudades favotitas: Manhatann

A veces, antes de iniciar un viaje, una se siente dividida entre dos extremos. El frío o el calor, el bullicio o el silencio, el blanco o el negro, la soledad o la multitud, la calma o la algarabía. Y, aunque el viaje sea imaginario, la indecisión puede llegar a paralizarnos, a contentarnos con viajar de una emoción a otra, ida y vuelta, ida y vuelta... hasta el punto de que una vez hemos dado la vuelta al mundo con nuestra mente, nos damos cuenta de que seguimos en el mismo sitio y que, oh alivio, todo sigue igual.

Pero no fue eso lo que ocurrió con Manhattan. Hubo un desgarro, puentes rotos, puertas que se cierran, puertas que se abren. Y una ilusión, que sigue ahí, impertérrita, abrazando los dos extremos. Tal vez es eso lo que me empuja a escribir poemas…


Manhatann

Nunca nos entendimos
Ya se hizo tarde
yo soñaba Manhatann
tú la Amazonia

yo soñaba Manhattan
en blanco y negro
cielos de mugre blanda
a colgajos

tratamos de omitirlo
con whisky i agua
cayó el telón a las once en punto
nos pilló distraídos

se fundió la bombilla
se quemó el cielo
la luz cayó en picado
asfixia en hielo

Nunca nos entendimos
siempre fue tarde
tu soñabas con Kenia
yo con Alaska

soñaba con Alaska
en negro y blanco
cielos de carámbanos
a colgajos

tratamos de evitarlo
con sexo y celos
sonó la alarma a las siete en punto
no pudo despertarnos

quedó el semen reseco
los niños muertos
el café congelado
la sangre hirviendo

sueño Manhatan darling
la función terminó
alguien aplaude en la primera fila
debo ser yo
Anna Blasco Olivares