domingo, 3 de mayo de 2009

Ciudades inventadas: Opulentas

Ciudades opulentas

Como lejía que corroe el esófago
como la sed
como la pena muerta a golpes de martillo
como un cristal
clavado en el centro del pie
como la lluvia ácida
agujereando ojos
como el hambre
o la inocencia abatida en 2 balazos
o un fémur emergiendo
en la rodilla arrancada de cuajo
como una onda térmica de 20 megatones

existe ese dolor

existe ese dolor insoportable
en las ciudades opulentas
justo castigo
por la ausencia de amor
cuando es la única ausencia
y queda poco más de qué quejarse
Anna Blasco Olivares